¿Se puede reimplantar el diente de un niño?

¿Se puede reimplantar el diente de un niño?


Las caídas, los juegos bruscos o los deportes sin protección pueden terminar en un accidente que muchos niños y padres temen: la pérdida de un diente. Aunque es una situación grave, si se trata de un diente permanente, existe una posibilidad de salvarlo mediante la reimplantación.

Por eso, el Ministerio de Salud (Minsa), a través de la Dirección de Salud Bucal (Dsabu), recuerda a la población que ante un traumatismo dental que genera la avulsión de un diente permanente, este podría ser reimplantado si se actúa con rapidez acudiendo a los establecimientos de salud.

Cuando un niño sufre un golpe que provoca la caída de un diente permanente, lo más importante es mantener la calma y actuar en los primeros minutos. El diente o los fragmentos deben recogerse sujetándolos únicamente de la corona, evitando tocar la raíz para no contaminarla ni dañarla. Posteriormente, se debe enjuagar suavemente con agua limpia, sin frotar, sin usar cepillos, jabón ni productos químicos.

Lo ideal es conservarlo en un medio húmedo como un vaso con leche o una solución fisiológica, mientras se traslada al niño al centro de salud. También se puede colocar el diente en la boca, entre las mejillas, esta opción solo se recomienda en niños mayores, ya que los más pequeños corren el riesgo de tragárselo.

Asimismo, este accidente será atendido por un cirujano dentista y de acuerdo a la gravedad por un cirujano maxilofacial. Lo ideal es que esta se brinde en menos de una hora para aumentar las posibilidades de éxito. Lo que nunca se debe hacer es guardar el diente en papel, servilletas o tela, ni dejarlo secar, ya que eso puede dañarlo permanentemente, impidiendo la reimplantanción.

Es importante recalcar que estos procedimientos solo aplican a dientes permanentes, que comienzan a aparecer alrededor de los 6 años de edad. En caso de pérdida de un diente de leche, este no debe reimplantarse, ya que podría afectar al diente definitivo que está por salir. Sin embargo, es fundamental acudir al odontólogo para evaluar posibles daños en la encía u otros tejidos bucales del menor.

DATO IMPORTANTE

Los niños entre los 3 y los 9 años son los más vulnerables a sufrir traumatismos dentales debido a su alta actividad física y al proceso de desarrollo motor. Las caídas dentro del hogar, los juegos de contacto sin supervisión y los deportes practicados sin protección bucal son las principales causas. Además, los niños con dientes mal posicionados presentan un mayor riesgo de traumatismos.

Ante este panorama, la Dirección de Salud Bucal recomienda a los padres y cuidadores tomar medidas preventivas, como supervisar a los niños durante las actividades recreativas, de ser el caso fomentar el uso de protectores bucales en deportes de contacto y garantizar un entorno seguro en el hogar.

El Ministerio de Salud reafirma su compromiso con la promoción de hábitos saludables y la prevención de lesiones bucales, recordando que una atención oportuna puede marcar la diferencia entre perder un diente para siempre o conservarlo toda la vida. ¡Cuidar la sonrisa de nuestros niños también es cuidar su salud!

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