Con este resultado, el país superaría el promedio de expansión proyectado para la región.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó hoy que la economía peruana crecerá 3.1% en 2025, manteniendo la previsión de su reporte de abril y superando el promedio de expansión estimado para la región (2.2%).
En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025, la CEPAL estima que el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú aumentará 2.9% al cierre de 2026.
El organismo alerta que la región se encuentra en un prolongado período de bajo crecimiento, con un promedio de 2.2% en 2025 y 2.3% en 2026. Cabe resaltar que la proyección regional para 2025 es una leve revisión al alza (de 2% a 2.2%), explicada por un mejor desempeño del PBI en el primer trimestre.
Dinámicas diferenciadas en la región
El informe, presentado por el Secretario Ejecutivo de la comisión, José Manuel Salazar-Xirinachs, destaca que las proyecciones muestran dinámicas distintas entre subregiones y países. Para América del Sur se prevé una expansión de 2.7% en 2025, por encima del promedio regional. Esto se sustenta en la recuperación de Argentina y Ecuador, el repunte de Colombia y la sólida expansión de Paraguay.
El documento también señala que el escenario macroeconómico regional para 2025-2026 estará marcado por un menor dinamismo de la demanda agregada interna. “El entorno macroeconómico regional estará caracterizado por una débil demanda interna, en particular por la desaceleración del consumo privado”, indicó.
Perspectivas globales y de empleo
La CEPAL proyecta que el crecimiento económico mundial se moderará en 2025 y 2026 debido a múltiples factores, como tensiones geoeconómicas, condiciones financieras restrictivas, el debilitamiento del comercio y conflictos bélicos.
A nivel regional, se espera una desaceleración del crecimiento del empleo, manteniéndose en niveles bajos para 2025 y 2026. “En este escenario, la tasa de desocupación se estabilizaría en torno al 5.6%”, afirmó el reporte. Aunque se anticipa una leve reducción en la informalidad y en las brechas laborales, estos indicadores permanecerían en niveles elevados.
Finalmente, el informe señala que la balanza de pagos de la región seguirá impactada por riesgos como la volatilidad de los precios de productos básicos y la desaceleración de las principales economías mundiales. El panorama global y regional para los próximos dos años está sujeto a una elevada incertidumbre.